La Vitamina C es una maravilla de la naturaleza con un sinfín de propiedades, que nos aporta vitalidad y protege al organismo de los daños ocasionados por los radicales libres, responsables del envejecimiento celular.
Participa intensamente en el refuerzo de las defensas naturales, estimulando la producción y la función de los glóbulos blancos (leucocitos) y protegiéndolos frente a los daños oxidativos.
Además, la Vitamina C contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario durante y después del ejercicio físico intenso, a la protección de las células frente al daño oxidativo y al metabolismo energético normal.
Asimismo, mejora la actividad del sistema nervioso, ayuda a la función psicológica normal y también a disminuir el cansancio y la fatiga, mejorando la absorción del hierro. Igualmente contribuye a la formación normal de colágeno para el funcionamiento normal de la piel y refuerza la estructura de huesos, cartílagos y dientes.
El Escaramujo (Rosa canina L.) es el fruto del rosal silvestre y es una de las fuentes más importantes de Vitamina C natural. Es un gran aliado tanto en la prevención del desgaste de las articulaciones como en el tratamiento de las mismas. Hay estudios (Institute for Clinical Research de Kolding,Denmark), que confirman una mejoría significativa del dolor y rígidez en las articulaciones, en pacientes con osteoartitis, tras ingesta de Escaramujo.
En una investigación francesa citada asiduamente en diferentes publicaciones se aconsejan 1.000 mg diarios de Vitamina C para una salud óptima alegando lo siguiente: “Numerosos estudios han demostrado que la administración de suplementos de Vitamina C mejora el sistema inmunológico, evita el daño en el ADN y disminuye significativamente el riesgo de una amplia gama de patologías, como ciertas enfermedades degenerativas y crónicas.”